¿Qué tal? Hoy ha sido un buen día, hice una curación de pie
diabético, la verdad es que nunca había hecho una, así que no tenía idea por
donde comenzar.
Como no quería hacer las cosas mal, decidí ir con mi
Enfermera encargada, y le pregunté, y muy amable, me llevó al carro de
curación, y comenzamos a tomar los materiales que necesitábamos para hacer dicha
curación.
El paciente tenía el pie muy dañado por la diabetes, estaba
literalmente muerto, y se encontraba ahí porque se lo iban a amputar.
Me impresioné mucho, porque al momento de descubrir el
pie, estaba lleno de secreciones purulentas y tenía gusanos, realmente me
quedé impactado, y para ser honesto, me dio asco.
Obviamente tuve que actuar con respeto al paciente y ser lo
más profesionalmente posible, y me aguanté! Comenzamos arrastrando las
secreciones, y quitando las larvas que se encontraban en el pie, al principio
me daba miedo lastimarlo, pero su pie ya estaba demasiado dañado, por lo que no
sentía dolor alguno.
Terminamos la curación y vendamos el pie, fue algo difícil,
porque nunca había visto algo tan impresionante, yo les recomiendo que en estos
casos, utilicen dos cubre bocas, ya que los olores que despide un pie
diabético, son bastante fuertes y desagradables, y no queremos hacer sentir
incómodo al paciente.
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