Buenas tardes,
Ayer os hablé de los efectos que tenía el tabaco en las enfermedades reumáticas, pues hoy le toca el turno al alcohol. También es conocido por la mayoría los efectos negativos que esta sustancia provoca en nuestro organismo, sobre todo por que en la mayoría de los casos es un consumo abusivo.
Todos creemos en los beneficios del consumo moderado de alcohol en las actividades sociales. Pero ¿realizamos siempre un consumo moderado? Será moderado si no pasamos de 2 vasos de vino o 2 cervezas en el caso de los hombres, y en el caso de las mujeres solo de 1. Esto es por que las mujeres eliminamos con mayor dificultad el alcohol de nuestro organismo.
Pero, como en el caso del tabaco, la ingesta de alcohol en pacientes con artritis o espondilitis siempre será negativa, por lo que no deberán tomarlo con regularidad. Todos los fármacos, de un modo u otro, son transformados o eliminados por nuestro hígado, así que pueden dañarlo. Debido que el alcohol es tóxico para el hígado, está claro que no deberían combinarse fármacos y alcohol. Y esta recomendación es aún más fuerte para las pacientes con artritis o espondilitis.
Las personas que han sufrido problemas hepáticos se encuentran grandes inconvenientes a la hora de recibir tratamiento ya que casi todos o todos los medicamentos antirreumáticos, particularmente los más eficaces, no deben administrarse a pacientes con estos daños, ya que son fármacos que son considerados tóxicos y que ya ellos solos causan un gran deterioro en este órgano. Por lo que conservar el hígado en las mejores condiciones de salud se convierte en algo primordial para un paciente reumático.
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