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sábado, 2 de noviembre de 2013

Fractura del quinto metacarpino

Esto es, el del dedo meñique. para que nos entendamos todos.
Pues, como curiosidad os diré que a mucha gente esta fractura le viene a raíz de dar un puñetazo fallido, golpeando así con este dedo en vez de con el 2º y el 3º. 

La fractura es a nivel del cuello del metacarpiano, desplazándose hacia la palma. Antes de que el hueso calcifique es necesario hacer una reducción de la fractura, que puede ser, o mediante la cirugía o si no al poner la inmovilización.



Para esta inmovilización se pone una férula por la parte anterior del antebrazo llegando al dedo meñique y al anular. Los dedos se ponen en posición de abducción, es decir, ligeramente doblados hacia la palma, ya que al ser una fractura bastante delicada esto ayuda a la solidificación.

Transcurridas 2 o 3 semanas, dependiendo de la fractura como siempre, se realizará la extracción de la férula. Pero se sigue reforzando el dedo con un vendaje imbricado, que no es ni más ni menos que un vendaje funcional. Su realización es muy sencilla, de hecho se les enseña a los pacientes a ponerlo por si se les moja, para que no quede húmedo y no se les macere la piel.

Bien, pues consta, de una gasa doblada que se situará entre los 2 dedos (anular y meñique) y despues 2 tiras de esparadrapo que se colocarán uniendo los dedos en las falanges, dejando las articulaciones libres para que se empiecen a mover los dedos poco a poco.

Os parecerá raro que se inmovilicen los dos dedos sabiendo que es solo uno el fracturado, pero todo tiene su lógica, y la de esto recae en que el anular le servirá de férula al meñique para que el nivel de fijación aumente.

Y este es uno de los vendajes funcionales más empleados en la sala de yesos y curas. Por lo menos durante el tiempo que estuve yo.

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